lunes, 20 de mayo de 2019

Capítulo 5. Una postura amenazante


Los héroes salen de la cueva con el cuerpo del teniente Byrne en sus brazos, intentando hallar alguna forma de explicarle a los compañeros del guardia de su terrible descenso, mientras que la mayoría desea decir la verdad, Adgamis presiente que la guardia de Verlaine está confabulada con la hermandad, por lo que propone engañar a los guardias restantes, mientras coge el escudo de armas del fallecido Byrne, el grupo viendo por todo lo que han pasado aprueban el plan.
Adgamis sale confiada a la calle, cuando los guardias preguntan por su capitán, ella les informa lo siguiente: - El jefe Byrne ha dado la orden de que nuestro grupo ahora vigilará el lugar, ustedes deben dirigirse a la casa de Verlaine para más información- Todo esto lo dice mientras muestra el escudo de armas de Byrne con mucha autoridad.
Los guardias al principio desconfían, pero luego de pensarlo mejor, y al haber visto que el capitán Byrne fue muy amistoso con el grupo, deciden hacerle caso a la elfa, por lo que se van, no sin antes mencionar la importancia de continuar con la guardia, de lo contrario el propio Verlaine puede cortarles la cabeza tanto al grupo como a ellos.
Una vez que los guardias se pierden entre las calles, nuestros héroes salen y se disponen a dirigirse a la dirección encontrada, no sin antes dejar el cuerpo cerca de la bodega de vinos.
Al caer la noche, nuestros héroes llegan al lugar mediante las indicaciones de los ciudadanos, cuál será su sorpresa cuando llegan al lugar y ven una lujosa mansión custodiada por varios guardias, entre los que están los que recién despacharon de la casa tapiada. ¡La casa no es otra que la mansión de Verlaine!
El grupo empieza a discutir sobre como poder entrar al lugar sin levantar sospechas, pero al ver que es imposible, el grupo decide escabullirse por la parte trasera e intentar entrar sigilosamente, para esto no hay mejor persona para este trabajo que la picara Tauriel, quien usa su gracia para escalar por la pared y entrar al patio trasero de la mansión, pero el destino a veces es tortuoso y una mala caída hace alertar a los guardias del lugar.
Los guardias inmediatamente arremeten a Tauriel, mientras que otro de los guardias detecta al resto del grupo. Guts, Jon y Azgheda se dan cuenta que deben pasar a la acción, Jon advierte que deben atacar a los guardias sin matarlos, ya que de lo contrario sería contraproducente, Adgamis les proporciona mayor defensa con el poder de su bastón, sin embargo el poder militar de Verlaine es muy fuerte y uno a uno los héroes caen, Guts en primer lugar y luego Jon, Adgamis le entra pánico y decide huir, por lo que Azgheda sin más oportunidad se rinde.
Todo nuestro grupo es capturado y enviado a la prisión de la ciudad, Adgamis logra perder a los guardias entre las calles y gracias a una manta y un cesto que encuentra en el camino, se disfraza de una joven mercante, pasando desapercibida en las narices de los guardias que la seguían buscando.
Adgamis con solo un solo conjuro de su arsenal y con sus amigos capturados, decide comprar por el lugar unas manzanas para poner en marcha un plan para liberar a su equipo.
En la prisión de la ciudad, Azgheda utiliza sus conjuros para sanar a Guts el cual se encontraba inconsciente, mientras Tauriel intentaba por todos los medios abrirse sus grilletes, cosa que le resultó imposible.
Al llegar a las afueras de la prisión, la hechicera elfa logra seducir a uno de los guardias y con su último hechizo, hipnotiza al joven guardia, y le pide que la pueda entrar a la prisión  para darle de comer a su hermana las manzanas que tenía, el guardia acepta y la logra colar al lugar.

Una vez en la prisión Adgamis y Tauriel logran convencer al pobre guardia de facilitar las llaves para salir de la prisión, el guardia acepta y una vez afuera, Azgheda aprovecha y deja inconsciente al joven, luego los cuatro buscan sus armas y equipo y salen por las cloacas de la prisión.


Nuestro grupo ahora siendo buscados por la milicia de la ciudad y totalmente perdidos en las cloacas, deciden pasan toda la noche en este lugar deplorable. A la mañana siguiente, el grupo decide que Adgamis es la única de continuar con la investigación, por lo que disfrazada sale en dirección al templo de Boccob y pedirle ayuda a Egil, lamentablemente no lo encuentra, desanimada y sin saber qué hacer, intuye que posiblemente en el ayuntamiento de la ciudad pueda haber registro de mapas de las cloacas de la ciudad con el fin de usarlos y poder entrar sin problemas en la casa de Verlaine.
¡Su plan dio resultado! Gracias al jefe de la oficina de registros, un señor de cierta edad llamado Reed, deja que Adgamis vea una copia de los mapas de las cloacas, además se entera que la guardia de Verlaine tomaron a la fuerza los mapas originales, Adgamis hechiza a Reed para poder salir con las copias, ya todo se encontraba en el bolsillo, pero una vez afuera alrededor de unos quince guardias esperaban a Adgamis, estaba claro que sus intenciones no eran pacifistas.       
Adgamis sin mucha oportunidad lo único que pudo hacer fue esconder lo mejor que pudo los mapas recién adquiridos, el jefe de la guardia se presenta como el capitán Lloyd quien le pide de forma enérgica a la elfa que la acompañe, lo que Adgamis accede.
El capitán la conduce por las calles a la mansión de Verlaine y una vez adentro se presenta un señor aristócrata quien con suma autoridad menciona lo siguiente:
Canciller Verlaine
 “Así que... ¡estás aquí!, permítame presentarme, mi nombre es Verlaine y soy el canciller de esta ciudad, señorita conozco todo sobre ti, se que tú y tu grupo fueron los que desmantelaron el templo maligno hace un mes, no me malinterpreten, los he estado buscando ya que sus esfuerzos en esa ocasión fueron fructíferos, sin embargo me molesta de sobremanera que ustedes sigan invadiendo el espacio de mis guardias, es verdad que ustedes hicieron un bien a la ciudad, pero ¡la ley es la ley! y no pueden hacer lo que se les plazca, esto no es un bosque, ¡Es una ciudad!, ¿ahora quiero saber el porqué de sus motivos al interferir con nuestro trabajo?”
Adgamis le menciona al aristócrata acerca de los cultistas del signo amarillo y de su infiltración en la construcción del faro, sin embargo sin pruebas, Verlaine no le hace caso y le exige que entregue a sus compañeros, Adgamis se rehusa a entregarlos por lo que su sentencia es la muerte, en el momento que los guardias se disponían a asesinarla, Egil entra en el juzgado y con una carta firmada por el líder de la ciudad logra liberar a la hechicera.
En este momento la fortuna sonríe a Adgamis, ¿qué deparará a nuestros héroes ahora que fueron dejados en libertad? ¿Lograran resolver el misterio que se cierne sobre la ciudad?

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